McDonald’s ha anunciado que, de aquí a 2020, su packaging será 100 % sostenible. Noticias como esta nos demuestran que el packaging sostenible viene pisando fuerte, y que ya es una prioridad para las marcas.
¿Y a qué se debe este boom? Sencillo: hay una nueva generación de consumidores que lo apoya, y que tiene muy en cuenta las políticas sociales y medioambientales de los negocios en los que compran.
Además, la ingeniería del packaging avanza a una velocidad de vértigo, y muchas empresas ya han encontrado las opciones adecuadas para sus productos.
Si tú también quieres descubrir si esta opción te compensa económicamente, no puedes perderte este artículo. Te contaremos qué es exactamente el packaging sostenible, cómo puede ayudarte a conectar con nuevos clientes, su viabilidad para tu negocio, y dónde comprarlo sin hacer una gran inversión inicial. ¡Comenzamos!
¿Qué es exactamente el packaging sostenible?
Para hablar de packaging sostenible, hay que tener claro en qué consiste la sosteniblidad.
La sostenibilidad hace referencia al uso responsable de los recursos naturales para que las futuras generaciones también puedan disponer de ellos, garantizando la satisfacción de nuestras necesidades actuales y futuras.
Por consiguiente, este tipo de packaging busca reducir su huella medioambiental a lo largo del tiempo y a través de diferentes métodos:
- Materiales: debe estar fabricado con materias primas que puedan reciclarse en su totalidad (o en gran parte de ella).
- Producción: el proceso de producción y la cadena de montaje deben minimizarse para reducir la huella de carbono.
- Mayor utilidad: debe ser un packaging diseñado para tener varias vidas útiles (o usos).
Además, el packaging sostenible debe tener en cuenta factores económicos y sociales, y su precio debe ser competitivo respecto al packaging tradicional de un solo uso.
Por ejemplo, el packaging basado en plantas puede ser una opción sostenible, pero no lo es si implica talar bosques enteros para cultivar la materia prima para su fabricación.
Así que, como podemos ver, un packaging sostenible no tiene por qué haberse fabricado de forma ética, de modo que tendremos que informarnos bien y preguntar a los diferentes proveedores antes de hacer nuestra elección.